Es decir, La Noche Negra o La Noche de las Ánimas. Con ese motivo hemos organizado un taller de vaciado de calabazas en dos recreos. ¡Qué bien lo hemos pasado! Los alumnos y alumnas se han llevado sus calabazas vaciadas a casa, para luego ponerles una vela encendida dentro y poder ver en la oscuridad una calabaza con forma de monstruo.

La tradición de vaciar calabazas está muy arraigada en Euskal Herria desde antaño y hemos querido contribuir a que no se pierda esta antigua tradición.  En las zonas rurales existe la costumbre de vaciar las calabazas, ponerles velas en el interior y colocarlas en las calles oscuras de los pueblos, con el fin de asustar a los niños y no tan niños.